martes, 28 de abril de 2009

Científicos despistados


Hay algunos científicos que deberían salir más de sus torres de marfil. Investigadores de Princeton nos vienen ahora con la noticia de que los dinosaurios no desaparecieron con el impacto de un asteroide en Yucatán. Vaya una novedad.

Nosotros los mexicanos sabemos la verdad sobre el destino de esos reptiles: durante millones de años evolucionaron hasta alcanzar la etapa de tlatoanis; después, se mezclaron con especies de Europa y mutaron en encomenderos; de ahí y tras un revolcón independentista, cambiaron a la piel de hacendado; posteriormente, otro revolcón (este más cabrón) los transmutó en revolucionarios; y ahora, luego de un maremoto democrático, se transformaron en una nueva raza, los peñanietus sisabemus gobernantus.

Lindos por fuera, larvas por dentro, los nuevos saurios no han perdido sus características ancestrales: siguen siendo predadores natos (de arcas públicas).

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