jueves, 21 de mayo de 2009

Los Invasores del Estado de México

(Je, je, je, bajito) Ejem…. Les presento este maravilloso jueguito que me pasaron, en el que podrán combatir La Invasión de los PRI-nosaurios, en el Estado de México, una fuerza del mal que pretende dominar esa entidad por los siglos de los siglos…Duro con los saurios mayores que asolan el EdoMex, Peña Nieto, Montiel y más… , apunten bien y no permitan que alcancen el poder … otra vez…, ufff Bono extra si le atinan al Salinas que aparece y desaparece…. Je, je, ji, je, genial. Enjoy: http://juegaconelpri.x10hosting.com/juegos/

Las tribulaciones de los dinos

Pareció un llamado a la cordura pero en realidad es un exhorto a no chingarles las elecciones. Los PRI-nosaurios sienten pasos en la azotea porque están comprendiendo que su peor enemigo no es el PAN ni el PRD sino ellos mismos.

El coordinador de los senadores jurásicos, Manlio Fabio Beltrones, criticó a los ex presidentes surgidos de su partido por padecer incontinencia verbal, por lo que les pidió que se callaran de una buena vez (la lógica de que en boca cerrada no entran moscas). Beltrones dijo que los ex mandatarios deberían ser prudentes (porque les echan a perder el jueguito) y esperar a que pasen las elecciones para no crear confusión (porque una vez pasados los comicios, ya nada les importa más que el dinero de sus comisiones).

Pero el llamado al silencio llega demasiado tarde y ahora la incógnita radica en saber cuántos puntos (y votos) les costarán las acusaciones de Miguel de la Madrid, los esfuerzos de Salinas para callarlo y desacreditarlo y los consejos de Zedillo.

Adicionalmente, Beltrones se equivoca de la A a la Z al considerar que la solución a sus porquerías es el silencio cómplice de sus integrantes y militantes (¿y que otra cosa se podía esperar de los dinos?). Lo mejor sería que rompieran con sus trampas, manipulaciones y falsedades, pero bueno, eso simplemente no tiene cabida en la mentalidad dinosáurica. Además, Beltrones no se ha percatado que el problema de su partido no son sólo los ex presidentes: sus propios dirigentes meten no una sino las cuatro patas, y todo por su desmesurado afán de protagonismo, como Roberto Madrazo, que en su libro El Despojo habla sin ambigüedades sobre “el sistema” surgido de los PRI-nosaurios, el cual ya está caduco y frena el progreso del país.

La solución a sus problemas, señor Beltrones, no pasa por callarse la boca sino por reformar a su dinopartido de pies a cabeza.

La ley mordaza de los dinos

Hay que ver cómo van a reaccionar los PRI-nosáuricos. El portal Youtube se está convirtiendo en un escenario más de la contienda electoral: tras el video sobre el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, ahora es el turno del babysaurio Enrique Peña Nieto de ser objeto de burla (¿y como no iba a serlo?) en una grabación.

Con el primer video, los dinos perdieron su máscara de civilidad y dejaron ver su naturaleza predadora: el gobierno de Veracruz solicitó al IFE intervenir para retirar el video –a lo que la autoridad electoral accedió, minando su propia credibilidad-, luego el gobernador negó haber formulado dicha petición y finalmente quedó en evidencia cuando el IFE lo desmintió y ratificó la solicitud.

Si este afán censurador se dio con Herrera Beltrán, un gobernador de mala fama y peores procederes, ¿qué no ocurrirá con el nene Peña Nieto? No me cabe duda de que los saurios afilarán sus garras y colmillos para proteger al que ya se perfila como su dedoelegido para las elecciones presidenciales de 2012, lo que me hace temer que los dinos redoblarán esfuerzos para impedir la difusión de materiales que no sean de su agrado. Temo, pues, por la libertad de expresión, sobre todo con una autoridad electoral que se deja mangonear por los reptiles y que es capaz de extralimitarse en sus facultades. Temo, pues, un regreso del autoritarismo dinosáurico y de la antidemocracia en su máxima expresión.

Salinas al bote

La verdad, me gustaría mucho ver a Salinas enjuiciado, y de ser posible, encarcelado. El titular de la Secretaría de la Función Pública, Salvador Vega Casillas informó que ya están revisando la normatividad imperante durante el salinato –y si ésta sigue vigente- para determinar si se tiene la facultad de investigar el robo por parte de Salinas de la mitad de la partida secreta, tal y como reveló Miguel de la Madrid. No obstante, el funcionario sostuvo que no es un asunto fácil de resolver ya que se trata de un “tema histórico”.

Yo soy de los que opinan que se debe procesar al Pelón, cueste lo que cueste, y ello por varios motivos. Para empezar, me daría mucho coraje que Salinas permaneciera impune, disfrutando los millones y millones que el muy rata se robó, dinero que provino de los bolsillos de todos los mexicanos y que se debería recuperar. Y es una lana nada despreciable: según De la Madrid, durante el sexenio de Salinas, la partida secreta se incrementó considerablemente, cuánto, nadie lo sabe, pero lo que si se sabe es que tras dejar el poder, el ex presidente vivió su exilio en Irlanda en una finca con caballos árabes pura sangre, entre otros detallitos.
Por otra parte, es importante que los mexicanos hagamos las paces con nuestro pasado, y la mejor forma de hacerlo es mediante la justicia. Digo, ya se falló a la hora de enjuiciar a los responsables de la guerra sucia de los años sesenta y setenta: Luís Echeverría, el carnicero de Tlatelolco, fue exculpado de todo crimen, al igual que otros gorilas de su calaña. ¿También se va a fallar con Salinas? Ya sería demasiado.

Finalmente, el caso Salinas deja en claro que nuestras leyes padecen graves lagunas que facilitan la impunidad de los gandallas, una situación que ojalá y se remedie: en lo personal, considero que los delitos que involucren el robo de sumas multimillonarias no deberían prescribir porque ese dinero bien empleado significa el bienestar de cientos de personas, sino es que de miles. ¿Cómo es posible que un ojete perjudique a miles y tan sólo le apliquen penas ridículas (¿remember el caso Cabal Peniche?) o, de plano, ni siquiera pisen la cárcel? Por todo lo anterior, digo: Salinas al bote (y que tiren la llave) y la lana, al erario público.