martes, 28 de abril de 2009

Científicos despistados


Hay algunos científicos que deberían salir más de sus torres de marfil. Investigadores de Princeton nos vienen ahora con la noticia de que los dinosaurios no desaparecieron con el impacto de un asteroide en Yucatán. Vaya una novedad.

Nosotros los mexicanos sabemos la verdad sobre el destino de esos reptiles: durante millones de años evolucionaron hasta alcanzar la etapa de tlatoanis; después, se mezclaron con especies de Europa y mutaron en encomenderos; de ahí y tras un revolcón independentista, cambiaron a la piel de hacendado; posteriormente, otro revolcón (este más cabrón) los transmutó en revolucionarios; y ahora, luego de un maremoto democrático, se transformaron en una nueva raza, los peñanietus sisabemus gobernantus.

Lindos por fuera, larvas por dentro, los nuevos saurios no han perdido sus características ancestrales: siguen siendo predadores natos (de arcas públicas).

De la PRIdemia a la influenza

Pobre México, para vergüenzas nomás no gana. Resulta que nuestros diplomáticos están haciendo esfuerzos para evitar que esta nueva cepa de influenza sea conocida en el mundo como la “gripe mexicana”, al igual que la “gripe española” que a principios del siglo pasado mató a millones en todo el planeta.

Como si no fuera suficiente con que los mexicanos fuéramos conocidos durante 70 años como el país de la dictadura perfecta, ahora nos vamos a hacer famosos por ser la cuna de nacimiento de una nueva pandemia. Pero bueno, si ya sacamos a un buey de la barranca (las elecciones de 2000), ¿por qué no podemos sacar otro?

Adicción priísta

Es chistoso ver cómo los bebesaurios, en su terrible inexperiencia, dejan entrever su verdadera naturaleza (antidemocrática) en sus declaraciones, como la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, sobrina del que fuera cacique mayor del estado, el PRIdador Víctor Cervera Pacheco.

Pues ahí tienen que la niña sintió la necesidad de asegurar que respetará la ley electoral y que no suspenderá su agenda de trabajo debido a las próximas elecciones. ¿Será que la gober quiso distanciarse de las acostumbradas chingaderas de sus compinches de partido (lo dudo)? ¿O será que, al igual que el drogo que deja la coca, le está costando mucho trabajo dejar los vicios priístas del pasado? Usted elija.