miércoles, 13 de mayo de 2009

En honor a la verdad

Si tocan al niño, los PRI-nosaurios se encabronan. El representante de los dinos ante el IFE, Sebastián Lerdo de Tejada, está que echa espuma por la boca: el líder de los panistas, Germán Martínez, tuvo la osadía de criticar a su peque consentido, el babysaurio Enrique Peña Nieto, al afirmar que el chiquillo se borró del mapa en medio de la emergencia sanitaria por la epidemia de influenza.

Para empezar, el nene ya está grandecito para defenderse solito y no tienen porqué ponerse como fieras para que no se le despeine el copetito. Adicionalmente, les guste o no, su carita de sol si desapareció de la escena en lo más duro de la epidemia (la percepción ciudadana no miente: la mayor aprobación fue para Calderón, seguido de Ebrard y en un muuuy lejano tercer lugar figuró el figurín de los saurios) dejando en claro que los zapatos de estadista le quedaron enormes a sus piececitos.

Y en cuanto a la acusación de que el panismo recurre a la difamación, pues simplemente no es verdad: para difamarse, los dinos se bastan y se sobran solos. De hecho, hasta se vuelan la barda… la casa del vecino, la colonia y hasta el municipio entero.

Sólo es cuestión de tiempo

La permanencia del PRI-nosaurismo en el gobierno de Nuevo León, actualmente bajo la zarpa de José Natividad González Parás, pende de un hilo. Una encuesta de María de las Heras indica que candidato pansita a la gubernatura, Fernando Elizondo, le está pisando los talones al aspirante de los dinos, Rodrigo Medina.

Por el momento, el priísta lleva la delantera, con un 51% de las preferencias, ante un 45% del blanquiazul. En términos electorales, la ventaja no es mucha y de aquí al 5 de julio, muchas cosas pueden pasar. Para empezar, en este tipo de contiendas, la calificación de los mandatarios estatal y del gobierno federal juega un papel importante: apenas un 48% dijo que el trabajo de González Parás fue bueno frente a un 53% del presidente Calderón. Asimismo, estos niveles de votación se dan con tan sólo un 42% de participación ciudadana, lo que deja la puerta abierta a las volteretas electorales.

Por otra parte, hay circunstancias que juegan en detrimento de los dinos, como su consabida falta de democracia. Estaba previsto que la candidatura de los saurios se definiera en un proceso abierto, una medida que los tricolores siempre pregonan pero que nunca llevan a cabo, y cuando lo hacen deriva en un chiquero de no mames. Fue lo que pasó y pasará en Nuevo León: Medina fue designado mediante un dedazo colectivo -pero no tumultuario- entre Betty Walls y los sectores del partido. Y como sucede desde que el saurismo perdió el monopolio del poder, tal antidemocracia siempre deja su huella en las urnas. Es sólo cuestión de tiempo.

El saurio bajo el microscopio

La ciencia mexicana se ha anotado un triunfo: investigadores del Instituto Nacional de Medicina Genómica han conseguido elaborar el mapa genómico del mexicano, toda una proeza. Pero los científicos todavía tienen que hacerle un gran servicio a la patria: definir el mapa genómico de los PRI-nosaurios, cuyos beneficios cambiarían la faz de este país. El genoma humano es el número total de cromosomas que tiene el cuerpo, los cuales son responsables de la herencia genética. De ahí su importancia.

Por lo pronto, aquí les va a los científicos algunos adelantos de los descubrimientos por venir.El cromosoma de la codicia está superdesarrollado en los dinos, al grado de que engulle a los cromosomas de la honestidad y la integridad moral, prácticamente inexistentes. De hecho, este cromosoma suele esconderse detrás de los siempre hambrientos cromosomas de la corrupción, los cuales proliferan en el sistema PRI-nosáurico como si fueran contendientes a una candidatura. Al respecto, existen sospechas de que esos cromosomas actúan en complicidad con los cromosomas del narco, los más virulentos en todo el catálogo, capaces de desatar hemorragias en cuerpos ajenos. Asimismo, se tienen indicios de la existencia del cromosoma del fraude electoral, uno de los más viejos, cuyos orígenes se remontan a los primeros reptiles revolucionarios de los que se tiene noticia: estuvo a flor de piel durante unos 70 años pero ahora se encuentra en estado latente y sólo da señales de vida cada vez que hay elecciones (hay que decir que este cromosoma ha perdido fuerza, aunque el muy necio se niega a desaparecer), desatando una curulitis aguda.

Por otra parte, el sistema dinosáurico ofrece algunas sorprendentes carencias. Por ejemplo, el cromosoma de los escrúpulos simplemente no existe: se presume que los dinos nunca lo tuvieron, lo que los convierte en una rareza del reino animal, muy animal. Otro cromosoma que brilla por su ausencia es el de la democracia. Es más, se cree que dicho cromosoma es incompatible con el sistema de los saurios: cuando uno logra infiltrarse, los cromosomas de la codicia y la corrupción lo atacan sin piedad hasta acabar con él, provocando síntomas como letargo mental, delirios de grandeza, sopor político, verborrea demagógica incontenible y hasta una peligrosa hemorragia cerebro-fecal.