miércoles, 13 de mayo de 2009

El saurio bajo el microscopio

La ciencia mexicana se ha anotado un triunfo: investigadores del Instituto Nacional de Medicina Genómica han conseguido elaborar el mapa genómico del mexicano, toda una proeza. Pero los científicos todavía tienen que hacerle un gran servicio a la patria: definir el mapa genómico de los PRI-nosaurios, cuyos beneficios cambiarían la faz de este país. El genoma humano es el número total de cromosomas que tiene el cuerpo, los cuales son responsables de la herencia genética. De ahí su importancia.

Por lo pronto, aquí les va a los científicos algunos adelantos de los descubrimientos por venir.El cromosoma de la codicia está superdesarrollado en los dinos, al grado de que engulle a los cromosomas de la honestidad y la integridad moral, prácticamente inexistentes. De hecho, este cromosoma suele esconderse detrás de los siempre hambrientos cromosomas de la corrupción, los cuales proliferan en el sistema PRI-nosáurico como si fueran contendientes a una candidatura. Al respecto, existen sospechas de que esos cromosomas actúan en complicidad con los cromosomas del narco, los más virulentos en todo el catálogo, capaces de desatar hemorragias en cuerpos ajenos. Asimismo, se tienen indicios de la existencia del cromosoma del fraude electoral, uno de los más viejos, cuyos orígenes se remontan a los primeros reptiles revolucionarios de los que se tiene noticia: estuvo a flor de piel durante unos 70 años pero ahora se encuentra en estado latente y sólo da señales de vida cada vez que hay elecciones (hay que decir que este cromosoma ha perdido fuerza, aunque el muy necio se niega a desaparecer), desatando una curulitis aguda.

Por otra parte, el sistema dinosáurico ofrece algunas sorprendentes carencias. Por ejemplo, el cromosoma de los escrúpulos simplemente no existe: se presume que los dinos nunca lo tuvieron, lo que los convierte en una rareza del reino animal, muy animal. Otro cromosoma que brilla por su ausencia es el de la democracia. Es más, se cree que dicho cromosoma es incompatible con el sistema de los saurios: cuando uno logra infiltrarse, los cromosomas de la codicia y la corrupción lo atacan sin piedad hasta acabar con él, provocando síntomas como letargo mental, delirios de grandeza, sopor político, verborrea demagógica incontenible y hasta una peligrosa hemorragia cerebro-fecal.

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