Acabo de leer una noticia que da gusto: se presentó en el Senado una iniciativa para multar a los monopolios. Lógicamente, tal propuesta no pudo venir del PRI: de haberlo hecho, sería como si el dinosaurio se pisara su propia cola.
Todos sabemos que esos monopolios –que ahogan la sana competencia y frenan el progreso- nacieron y crecieron al amparo de las manadas priístas que por décadas gobernaron el país. Se trata de inconfesables intereses creados en los que unos protegen a otros a cambio de favores.
Todos sabemos que esos monopolios –que ahogan la sana competencia y frenan el progreso- nacieron y crecieron al amparo de las manadas priístas que por décadas gobernaron el país. Se trata de inconfesables intereses creados en los que unos protegen a otros a cambio de favores.
Además, ¿quién en su sano juicio esperaría que el partido antidemocrático por excelencia castigara a la figura más antidemocrática en el plano económico? Como se dice popularmente, entre bueyes no hay cornadas.
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