La mano negra

Las conspiraciones son una herramienta más en el arsenal de las armas políticas de los PRIsaurios. En su libro de reciente aparición, Derecho de réplica, el argentino Carlos Ahumada reveló al hombre en las sombras que fraguó el asunto de los videoescándalos: es nada menos que Carlos Salinas de Gortari, algo que ya se comentaba en el mundillo de la política.

La confirmación que de que El Pelón negoció con Ahumada la entrega de los videos a cambio de 400 millones de pesos (de los cuales sólo le pagaron 35 millones. Pobre.) no debería extrañar a nadie. ¿Acaso no fue Salinas quien llamó como su mano derecha a messieu José Córdoba Montoya, el maestro de la manipulación, el hombre detrás del trono? ¿Y no fue durante el sexenio salinista que ocurrieron los magnicidios de la historia moderna del país (Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu)?

En todo caso, la revelación podría tener un efecto positivo: quitarle las ganas a los despistados de votar por los PRIsaurios: ¿Quién quiere de regreso en el poder al partido de dónde salió tal putefracción?